Y, si el gobernador llega a enterarse de esto, nosotros responderemos por ustedes y les evitaremos cualquier problema».
Lo ataron, se lo llevaron y se lo entregaron a Pilato, el gobernador.
Herodes ordenó buscar a Pedro, pero no lo encontraron. Entonces interrogó a los soldados y mandó matarlos. Después, viajó de Judea a Cesarea y se quedó allí.
Y les encargaron: «Digan que los discípulos de Jesús vinieron por la noche y que, mientras ustedes dormían, se robaron el cuerpo.