Podía haberse vendido este perfume por mucho dinero para darlo a los pobres.
Vale más que el salario de un año de trabajo. Lo habríamos vendido y ayudado a los pobres. Y la criticaban fuertemente.
Han dejado de obedecer a Dios, y siguen el mal ejemplo de Balán, hijo de Beor. A este le encantaba ganar dinero por hacer el mal.
Al ver esto, los discípulos se enojaron. ―¿Para qué este desperdicio? —dijeron—.
Consciente de ello, Jesús les dijo: ―¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo.