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Referencias Cruzadas

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Mateo 26:63

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero Jesús se quedó callado. Así que el sumo sacerdote insistió: ―Te ordeno en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Cristo, el Hijo de Dios.

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42 Referencias Cruzadas  

―Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.

Al ser acusado por los jefes de los sacerdotes y por los líderes judíos, Jesús no contestó nada.

Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Así, al creer en su nombre tienen vida.

Así que entró de nuevo en el palacio y le preguntó a Jesús: ―¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le contestó nada.

―Nosotros tenemos una Ley. Según esa Ley, debe morir, porque se ha hecho pasar por Hijo de Dios —insistieron los judíos.

―¡Así que eres rey! —le dijo Pilato. Jesús le contestó: ―Yo soy rey, tal como tú lo has dicho. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz.

Entonces, ¿por qué me acusan de ofender a mi Padre, quien me apartó para enviarme al mundo? ¿Tan solo porque dije: “Yo soy el Hijo de Dios”?

Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: ―¿Hasta cuándo vas a tenernos en suspenso? Si tú eres el Cristo, dilo con claridad.

―¿Quién eres tú? —le preguntaron. ―En primer lugar, ¿qué tengo que explicarles? —contestó Jesús—.

Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

―Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.

Yo lo he visto y por eso testifico que este es el Hijo de Dios».

Pero Jesús se quedó callado y no contestó nada. ―¿Eres el Cristo, el Hijo del Bendito? —le preguntó de nuevo el sumo sacerdote.

Cuando el capitán romano y los que con él estaban custodiando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que había sucedido, quedaron aterrados y dijeron: ―¡Verdaderamente este era el Hijo de Dios!

Él confía en Dios; pues, que lo libre Dios ahora, si de veras lo quiere. ¿Acaso no dijo: “Yo soy el Hijo de Dios”?

―Tú, que destruyes el Templo y en tres días lo reconstruyes, ¡sálvate a ti mismo! Si eres el Hijo de Dios, ¡baja de la cruz!

Pero Jesús no respondió ni a una sola acusación, por lo que el gobernador se llenó de asombro.

Cuando lo insultaban, no respondía con insultos. Cuando lo hacían sufrir, no amenazaba, sino que dejaba todo en manos de Dios, que juzga con justicia.

El tentador se le acercó y le propuso: ―Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.

Poniéndose en pie, el sumo sacerdote le dijo a Jesús: ―¿No vas a responder? ¿Qué significan estas denuncias en tu contra?

Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, a quien Silvano, Timoteo y yo predicamos entre ustedes, siempre fue claro. Él nunca dijo «sí», para luego decir «no», y siempre cumplió lo que dijo.




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