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Referencias Cruzadas

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Mateo 26:24

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

A la verdad, el Hijo del hombre se irá, tal como dicen las Escrituras de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.

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34 Referencias Cruzadas  

―Esto es lo que dicen —les explicó—: El Cristo morirá y resucitará al tercer día.

»¡Ay del mundo por las invitaciones al pecado! Esas invitaciones son inevitables, pero ¡ay de quienes las ocasionan!

Lo más importante que les enseñé a ustedes es lo mismo que yo aprendí: que Cristo murió por nuestros pecados, tal como dicen las Escrituras.

Mientras estaba con ellos, los cuidaba y los protegía mediante el nombre que me diste. Y ninguno se perdió sino aquel que eligió perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.

A la verdad, el Hijo del hombre se irá según está decidido, pero ¡ay de aquel que lo traiciona!

A la verdad, el Hijo del hombre se irá, tal como dicen las Escrituras de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.

Pero, entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que dicen que así tiene que suceder?

―Sin duda Elías vendrá primero para restaurar todas las cosas —respondió Jesús—. Pero, entonces, ¿cómo es que las Escrituras dicen que el Hijo del hombre tiene que sufrir mucho y ser rechazado?

Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Señalaron un día para reunirse con Pablo, y fueron muchísimos más a la casa donde él estaba prisionero. Desde la mañana hasta la tarde estuvo explicándoles y hablándoles acerca del reino de Dios y tratando de convencerlos de creer en Jesús. En su explicación, Pablo usaba la Ley de Moisés y los libros de los Profetas.

Así hicieron lo que de antemano tu poder y tu voluntad habían determinado que sucediera.

Jesús fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios. Y, por medio de gente malvada, ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz.

Después de esto, como Jesús sabía que ya todo había terminado, y para que se cumpliera la Escritura, dijo: ―Tengo sed.

―No la dividamos —se dijeron unos a otros—. Echemos suertes para ver a quién le toca. Y así lo hicieron los soldados. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: «Se repartieron entre ellos mi ropa, y sobre ella echaron suertes».

―Esta misma noche —les dijo Jesús— todos ustedes me abandonarán, porque las Escrituras dicen: »“Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño”.




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