―¿Cuánto me dan, y yo les entrego a Jesús? —les propuso. Decidieron pagarle treinta monedas de plata.
Dominados por el deseo de siempre tener más, estos maestros los engañarán para sacarles dinero. Desde hace mucho tiempo su castigo está preparado y los espera su destrucción.
No debe ser borracho, ni amigo del dinero, ni violento, sino amable y lleno de paz.
Con el dinero que le dieron por su crimen, Judas compró un terreno. Allí cayó de cabeza, se reventó y se le salieron los intestinos.
Simón el Zelote y Judas Iscariote, el que lo traicionó.
Y desde entonces Judas buscaba una oportunidad para entregarlo.