Hay algunos que pertenecen a un grupo que Satanás controla. Ellos se dicen ser judíos, pero en realidad mienten. Voy a hacer que se arrodillen a tus pies y reconozcan que yo te he amado.
Así que alzó la voz y lo llamó: “Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego”.
“No —respondieron estas—, porque así no va a alcanzar ni para nosotras ni para ustedes. Es mejor que vayan a los que venden aceite y compren para ustedes mismas”.