Ustedes han aceptado el verdadero mensaje de Dios, y por eso él los ha limpiado de pecado. Ahora aman con amor sincero a sus hermanos en la fe. Así que ámense de todo corazón los unos a los otros.
Gracias a lo que Cristo Jesús hizo por nosotros, ya no importa si estamos o no circuncidados. Lo que importa es creer en Cristo y que esa fe nos lleve a amar a los demás.
En cambio, los que viven guiados por el Espíritu muestran amor por los demás, son alegres y tienen paz. El Espíritu los hace tener paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
»Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Pues les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.
Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano en la fe, es un mentiroso. Pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.
Porque Dios no es injusto como para olvidarse de lo que ustedes han hecho y del amor que le tienen él. Amor que ustedes le han demostrado al haber servido, y seguir sirviendo, a los creyentes.
Les hablo así, hermanos en la fe, porque ustedes han sido llamados a ser libres. Pero no usen esa libertad para dejar que los malos deseos los controlen. Más bien ayúdense unos a otros con amor.
Pues Dios ya sabía desde un principio a quienes iba a elegir para ser transformados en personas semejantes a su Hijo. Por eso su Hijo es el mayor de muchos hermanos.
»Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.
Nosotros no hablamos de nosotros mismos, sino de Jesucristo, y lo presentamos como el Señor. Somos tan solo servidores de ustedes porque obedecemos a Jesús.
Jesús le dijo: ―No me detengas, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes”.
Le harán la guerra al Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes. Con él estarán aquellos que por él han sido llamados. Son sus elegidos, los que siempre le han sido fieles».