Pero el que había recibido mil fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Si se esfuerzan en vivir así, crecerán en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Así vivirán de manera útil, haciendo el bien.
No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su confianza y paciencia recibirán las promesas.
»Llegó otro siervo y dijo: “Señor, aquí tiene su dinero; lo he tenido guardado, envuelto en un pañuelo.
Así mismo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil.
»Después de mucho tiempo, volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.