Recuerden lo que Cristo dijo: «¡Cuidado! ¡Vengo como un ladrón! Dichoso el que se mantenga alerta y vestido; así no tendrá que andar desnudo ni sufrir vergüenza por su desnudez».
Tú, por el contrario, sé inteligente en todo momento, soporta los sufrimientos y dedícate a anunciar la buena noticia de salvación. Cumple con los deberes del trabajo que Dios te dio.