Mateo 23:8

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

»Pero no permitan que a ustedes se les llame “Maestro”, porque tienen un solo Maestro y todos ustedes son hermanos.

Referencias Cruzadas

Santiago 3:1

Mis hermanos en la fe, que no haya muchos entre ustedes que quieran ser maestros. Bien saben que los maestros seremos castigados con más severidad.

1 Pedro 5:3

No traten mal a los que están a su cuidado, como si ustedes fueran sus dueños. Al contrario, sirvan de ejemplo para ellos.

Lucas 22:32

Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos».

Mateo 23:10

Ni permitan que los llamen “maestro”, porque tienen un solo Maestro, el Cristo.

Mateo 17:5

Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él. ¡Escúchenlo!».

Apocalipsis 1:9

Yo, Juan, soy su hermano en la fe. Con ustedes comparto el sufrimiento, el reino y el seguir confiando en Jesús. Yo fui enviado a la isla de Patmos como castigo por anunciar el mensaje de Dios y hablar acerca de Jesús.

Apocalipsis 22:9

Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un servidor de Dios como tú, como tus compañeros los profetas y como todos los que aceptan las palabras de este libro. ¡Adora solo a Dios!».

Apocalipsis 19:10

Entonces me arrodillé a sus pies para adorarlo. Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un servidor como tú y como los creyentes que se mantienen fieles al mensaje de Jesús. ¡Adora solo a Dios! El mensaje de Jesús se comparte con otros por medio del poder del Espíritu».

Efesios 3:15

creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra.

2 Corintios 4:5

Nosotros no hablamos de nosotros mismos, sino de Jesucristo, y lo presentamos como el Señor. Somos tan solo servidores de ustedes porque obedecemos a Jesús.

2 Corintios 1:24

No es que intentemos obligarlos a creer como nosotros decimos. Les aseguro que solo deseamos contribuir a su alegría, pues ustedes están seguros de lo que creen.

Mateo 26:49

En seguida, Judas se acercó a Jesús y lo saludó. ―¡Maestro! —le dijo, y lo besó.

Mateo 10:25

Basta con que el alumno sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!

Mateo 23:7

Y les gustan los saludos en las plazas y que la gente los llame “Maestro”.

Mateo 26:25

―¿Acaso seré yo, Maestro? —le dijo Judas, el que lo iba a traicionar. ―Tú lo has dicho —le contestó Jesús.

Marcos 9:5

Tomando la palabra, Pedro le dijo a Jesús: ―Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! Podemos levantar tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Marcos 10:51

―¿Qué quieres que haga por ti? —le preguntó. ―Maestro, quiero ver —respondió el ciego.

Marcos 11:21

Pedro, acordándose, le dijo a Jesús: ―¡Maestro, mira, se ha secado la higuera que maldijiste!

Marcos 14:45

Tan pronto como llegó, Judas se acercó a Jesús. ―¡Maestro! —le dijo, y lo besó.

Juan 1:38

Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: ―¿Qué buscan? ―Rabí, ¿dónde te hospedas? (Rabí significa: Maestro).

Juan 1:49

―Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.

Juan 3:2

Este fue de noche a visitar a Jesús. ―Maestro —le dijo—, sabemos que has venido de parte de Dios. Pues nadie podría hacer las señales milagrosas que tú haces si Dios no estuviera con él.

Juan 3:26

Aquellos fueron a ver a Juan y le dijeron: ―Maestro, fíjate, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, ahora está bautizando, y todos van a él.

Juan 4:31

Mientras tanto, sus discípulos le insistían: ―Maestro, come algo.

Juan 6:25

Cuando lo encontraron al otro lado del lago, le preguntaron: ―Maestro, ¿cuándo llegaste acá?

Juan 9:2

Y sus discípulos le preguntaron: ―Maestro, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres?

Juan 11:8

―Maestro —respondieron ellos—, hace muy poco los judíos intentaron apedrearte, ¿y todavía quieres volver allá?

Juan 20:16

―María —le dijo Jesús. Ella se volvió y dijo: ―¡Raboni! —que en hebreo significa: Maestro.

Filemón 1:16

Ya no lo recibas como a un esclavo, sino como algo mejor: como a un hermano querido. Él es muy especial para mí, pero mucho más para ti, como persona y como hermano en el Señor.