Así mismo, jóvenes, obedezcan a sus líderes. Sean todos humildes cuando traten a los demás, porque: «Dios se opone a los orgullosos, pero trata con amor a los humildes».
Pero en realidad él nos da mucho más amor, aunque no lo merezcamos. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero trata con amor a los humildes».
»Les digo que este, y no aquel, volvió a su casa justificado ante Dios. Pues todo el que se cree mejor que los demás será humillado, y el que se humilla será considerado el mejor».