Después de esto, Jesús dijo a la gente y a sus discípulos:
Mientras tanto, se habían reunido millares de personas, tantas que se atropellaban unas a otras. Jesús comenzó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, o sea, de la hipocresía.
»¿Por qué no juzgan por ustedes mismos lo que es justo?
De nuevo Jesús llamó a la gente. ―Escúchenme todos —dijo— y entiendan: