Yo me preocupo mucho por ustedes, y eso es algo que Dios ha puesto en mi corazón. Lo que deseo es que ustedes sean de Cristo para siempre. Yo he prometido presentarlos a ustedes ante Cristo como una novia virgen y pura que se guarda para su único esposo.
Pórtense como siervos que esperan a que regrese su señor de un banquete de boda. Ellos están listos para abrirle la puerta tan pronto como él llegue y toque.