Luego, el padre se dirigió al otro hijo y le pidió lo mismo. Este contestó: “Sí, señor”; pero no fue.
Dicen conocer a Dios, pero sus acciones demuestran que no es cierto. Son gente despreciable, desobediente y no es capaz de hacer nada bueno.
Así que ustedes deben obedecerlos y hacer todo lo que les digan. Pero no hagan lo que hacen ellos, porque no practican lo que predican.
“No quiero”, contestó, pero después se arrepintió y fue.
¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?». ―El primero —contestaron ellos. Jesús les dijo: ―Les aseguro que los cobradores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes en el reino de Dios.