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Referencias Cruzadas

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Mateo 20:21

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

―¿Qué quieres? —le preguntó Jesús. ―Ordena que en tu reino uno de estos dos hijos míos se siente a tu derecha y el otro, a tu izquierda.

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24 Referencias Cruzadas  

―Les aseguro —respondió Jesús— que en la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

En ese momento los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: ―¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?

Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron: ―Señor, ¿es ahora cuando le vas a devolver el reino a Israel?

La hija de Herodías entró en el banquete y bailó, y esto agradó a Herodes y a los invitados. ―Pídeme lo que quieras y te lo daré —le dijo el rey a la muchacha.

Jesús se detuvo y los llamó. ―¿Qué quieren que haga por ustedes?

Así como Cristo resucitó, Dios también los resucitó a ustedes. Por eso, vivan pensando en las cosas del cielo, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios.

Ámense los unos a los otros como hermanos. Trátense entre ustedes con respeto y honor.

Si permanecen en mí y mis enseñanzas permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá.

Tuvieron además una discusión sobre quién de ellos sería el más importante.

Jesús estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios comenzaría en cualquier momento. Y, como todos lo escuchaban, Jesús les contó una parábola.

―¿Qué quieres que haga por ti? Y él dijo: ―Señor, quiero ver.

―¿Qué quieres que haga por ti? —le preguntó. ―Maestro, quiero ver —respondió el ciego.

¿Quién los castigará? Nadie, pues Cristo Jesús murió por ellos, y también resucitó, y está a la derecha de Dios. Y desde ese sitio de honor ruega a Dios por nosotros.

Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.

―Ustedes no saben lo que están pidiendo —les respondió Jesús—. ¿Pueden acaso beber el trago amargo de la copa que yo voy a beber? ―Sí, podemos.




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