Pero él le contestó a uno de ellos: “Amigo, no estoy cometiendo ninguna injusticia contigo. ¿Acaso no aceptaste trabajar por esa paga?
―Amigo —le respondió Jesús—, ¿a qué vienes? Entonces los hombres se acercaron y arrestaron a Jesús.
“Amigo, ¿cómo entraste aquí sin el traje de boda?”, le dijo. El hombre se quedó callado.
Respondo: ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «Acaso le dirá la olla de barro al que la hizo: “¿Por qué me hiciste así?”».
Acordó darles la paga de un día de trabajo y los envió a su viñedo.
Tómala y vete. Quiero darle al último obrero contratado lo mismo que te di a ti.