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Referencias Cruzadas

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Mateo 2:4

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Así que convocó de entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes y maestros de la Ley, y les preguntó dónde nacería el Cristo.

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30 Referencias Cruzadas  

Se produjo entonces un gran alboroto. Algunos de los maestros de la Ley que eran fariseos se pusieron de pie y dijeron: «Este hombre no ha hecho nada malo. Es probable que un espíritu o un ángel le haya hablado».

Alborotaron al pueblo, a los líderes y a los maestros de la Ley. Apresaron a Esteban y lo llevaron ante el tribunal.

Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los líderes del pueblo. ―¿Con qué autoridad haces esto? —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?

Y es que él enseñaba como quien tiene autoridad y no como los maestros de la Ley.

Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los líderes y los maestros de la Ley.

Así que Judas fue al huerto. Llegó al frente de un grupo de soldados y guardias de los jefes de los sacerdotes y de los fariseos. Llevaban antorchas, lámparas y armas.

Los maestros de la Ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer sorprendida en adulterio. La pusieron en medio del grupo

Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba estas cosas acerca de él. Entonces, junto con los jefes de los sacerdotes, mandaron unos guardias del Templo para arrestarlo.

―Tú eres maestro de Israel ¿y no entiendes estas cosas? —respondió Jesús—.

Allí estaban también los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley, acusándolo con insistencia.

Los maestros de la Ley y los jefes de los sacerdotes se dieron cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos. Así que buscaron la manera de arrestarlo en aquel mismo momento, pero temían al pueblo.

Luego comenzó a enseñarles: ―El Hijo del hombre tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado por los líderes judíos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la Ley. Es necesario que lo maten y que a los tres días resucite.

Muy de mañana, todos los jefes de los sacerdotes y los líderes del pueblo tomaron la decisión de condenar a muerte a Jesús.

Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los líderes del pueblo.

Se reunieron entonces los jefes de los sacerdotes y los líderes del pueblo en el palacio de Caifás, el sumo sacerdote,

Pero, cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley vieron que hacía cosas maravillosas y que los niños gritaban en el Templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se molestaron.

―Todo maestro de la Ley que ha sido instruido acerca del reino de los cielos es como el dueño de una casa, que de lo que tiene guardado saca tesoros nuevos y viejos.

Cuando el rey Herodes y los habitantes de Jerusalén oyeron esto, se pusieron muy nerviosos.

―En Belén de Judea —le respondieron—, porque esto es lo que ha escrito el profeta:




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