Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer».
Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se enfureció. Por eso, mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores. Esa era la edad que Herodes calculaba tendría el niño, según le dijeron los sabios.