―Para las personas es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible.
Pues para Dios no hay nada imposible.
―Lo que es imposible para las personas es posible para Dios —aclaró Jesús.
―Para las personas es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, pero no para Dios. De hecho, para Dios todo es posible.
Al oír esto, los discípulos quedaron asombrados y decían: ―En ese caso, ¿quién podrá salvarse?
―¡Mira, nosotros lo hemos dejado todo por seguirte! —le dijo Pedro—. ¿Y qué ganamos con eso?