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Referencias Cruzadas

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Mateo 18:7

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

»¡Ay del mundo por las invitaciones al pecado! Esas invitaciones son inevitables, pero ¡ay de quienes las ocasionan!

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30 Referencias Cruzadas  

Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Es imposible evitar que haya gente que invite a otros a pecar. Pero ¡ay de aquel que hace pecar a los demás!

Sin duda, estas divisiones se dan entre ustedes para que así se demuestre quiénes en verdad cuentan con la aprobación de Dios.

A la verdad, el Hijo del hombre se irá, tal como dicen las Escrituras de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.

El problema es que ciertos individuos malos se han metido secretamente entre ustedes. Son unos malvados que dicen que, ya que Dios nos ama tanto, eso nos da libertad para pecar. Además, niegan que Jesucristo sea nuestro único Dueño y Señor. El castigo de estos malvados ya estaba anunciado desde hacía mucho tiempo.

Que sea una buena enseñanza, para que nadie te critique. Así, si alguien está en contra, sentirá vergüenza, pues no podrá decir nada malo de nosotros.

Que les enseñen a pensar bien las cosas, a ser santas, cuidadosas del hogar, bondadosas y obedientes de sus esposos. De esa manera nadie hablará mal del mensaje de Dios.

Todos los que aún son esclavos deben reconocer que sus amos merecen todo respeto. Porque así evitarán que se hable mal de Dios y de nuestra enseñanza.

«Hermanos en la fe, tenía que cumplirse lo indicado en la Escritura. Por medio de David, el Espíritu Santo había revelado lo que haría Judas, quien sirvió de guía a los que arrestaron a Jesús.

Mientras estaba con ellos, los cuidaba y los protegía mediante el nombre que me diste. Y ninguno se perdió sino aquel que eligió perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.

Cuando sepan de guerras y de rumores de guerras, no se alarmen. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin.

Pero Jesús se dio vuelta y le dijo a Pedro: ―¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme desobedecer; no piensas desde el punto de vista de Dios, sino del punto de vista humano.




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