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Referencias Cruzadas

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Mateo 17:20

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

―Por la poca fe que tienen —les respondió—. Les aseguro que, si tuvieran fe tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible.

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19 Referencias Cruzadas  

―Si ustedes tuvieran fe tan pequeña como una semilla de mostaza —les respondió el Señor—, podrían decirle a este árbol sicómoro: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y les obedecería.

Les aseguro que, si alguno le dice a este monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, creyendo, sin tener la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.

―Lo que es imposible para las personas es posible para Dios —aclaró Jesús.

Pues para Dios no hay nada imposible.

―Les aseguro que, si tienen fe y no dudan —les respondió Jesús—, no solo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, y así se hará.

Jesús le dijo: ―¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.

Si tuviera el don de comunicar mensajes de parte de Dios y entendiera todos los planes secretos de Dios y tuviera todo conocimiento, y si tuviera una fe que logra mover montañas, pero me falta el amor, no soy nada.

Les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como una semilla de mostaza que un hombre sembró en su campo.

―¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús.

Es como una semilla de mostaza. Cuando se siembra en la tierra, es la semilla más pequeña que hay.

Como podemos ver, no pudieron entrar porque no creyeron.

―¡Ah, gente incrédula y malvada! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme acá al muchacho.

A otros les da fe, por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos.

Mientras bajaban de la montaña, Jesús les encargó: ―No le cuenten a nadie lo que han visto hasta que el Hijo del hombre se levante de entre los muertos.

―Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo? Entonces se levantó y dio órdenes a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo.

Después los discípulos se acercaron a Jesús y, en privado, le preguntaron: ―¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?

―Tengan fe en Dios —respondió Jesús—.

―Ven —dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús.




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