Ellos comentaban entre sí: «Lo dice porque no trajimos pan».
―¡De ninguna manera, Señor! —respondió Pedro—. Jamás he comido algo impuro o prohibido por nuestra Ley.
Surgió entre los discípulos una discusión sobre quién de ellos sería el más importante.
Guardaron el secreto, pero discutían entre ellos qué significaría eso de «levantarse de entre los muertos».
―Tengan cuidado —les dijo Jesús—; eviten la levadura de los fariseos y de los saduceos.
Al darse cuenta de esto, Jesús les dijo: ―Hombres de poca fe, ¿por qué están hablando de que no tienen pan?
El bautismo de Juan, ¿era divino o humano? Ellos se pusieron a discutir entre sí: «Si respondemos: “divino”, nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”.
Sucedió que, mientras hablaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos.