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Referencias Cruzadas

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Mateo 16:21

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Desde entonces comenzó Jesús a decirles a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén. Decía que allí sufriría muchas cosas a manos de los líderes judíos, de los jefes de los sacerdotes y de los maestros de la Ley. Y decía que era necesario que lo mataran y que al tercer día resucitara.

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31 Referencias Cruzadas  

Pero les digo que Elías ya vino, y no lo reconocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron. De la misma manera va a sufrir el Hijo del hombre a manos de ellos.

―Señor —le dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía, dijo: “A los tres días resucitaré”.

Ni siquiera el Hijo del hombre vino para que le sirvieran, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

Pero antes él tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado por esta gente.

―Esto es lo que dicen —les explicó—: El Cristo morirá y resucitará al tercer día.

Luego comenzó a enseñarles: ―El Hijo del hombre tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado por los líderes judíos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la Ley. Es necesario que lo maten y que a los tres días resucite.

Tenían un aspecto glorioso y hablaban de la partida de Jesús, que él estaba por llevar a cabo en Jerusalén.

Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los líderes del pueblo.

«Como ya saben, faltan dos días para la Pascua, y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen».

Al ser acusado por los jefes de los sacerdotes y por los líderes judíos, Jesús no contestó nada.

Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.

Pues así como tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de un gran pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en las entrañas de la tierra.

Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo: ―¡De ninguna manera, Señor! ¡Esto no te sucederá jamás!

Mientras bajaban de la montaña, Jesús les encargó: ―No le cuenten a nadie lo que han visto hasta que el Hijo del hombre se levante de entre los muertos.

No está aquí, pues ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde estaba.

―Sin duda Elías vendrá primero para restaurar todas las cosas —respondió Jesús—. Pero, entonces, ¿cómo es que las Escrituras dicen que el Hijo del hombre tiene que sufrir mucho y ser rechazado?




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