Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y también dijo: “El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte”.
honra a tu padre y a tu madre”, y “ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Hijos, obedezcan a sus padres, porque ustedes son del Señor y eso es lo correcto.
¿Quiere esto decir que, si creemos en él, la Ley ya no sirve de nada? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos el valor de la Ley.
―¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Las Escrituras dicen: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”.
Jesús les contestó: ―¿Y por qué ustedes no respetan el mandamiento de Dios a causa de las costumbres?
Ustedes, en cambio, enseñan que un hijo puede decirle a su padre o a su madre: “Cualquier ayuda que pudiera darte ya la he dedicado como ofrenda a Dios”.