―Denles ustedes mismos de comer —les dijo Jesús. ―Solo tenemos cinco panes y dos pescados. Tendríamos que ir a comprar comida para toda esta gente —respondieron ellos.
―Denles ustedes mismos de comer —contestó Jesús. ―¡Eso costaría casi un año de trabajo! —respondieron—. ¿Quieres que vayamos y gastemos todo ese dinero en pan para darles de comer?
Al atardecer se acercaron sus discípulos y le dijeron: ―Este es un lugar apartado y ya se hace tarde. Despide a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren algo de comer.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: ―Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero despedirlos sin comer, no sea que se desmayen por el camino.