Todos comieron hasta quedar satisfechos. Luego los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos que sobraron.
Todos comieron hasta quedar satisfechos, y de los pedazos que sobraron se recogieron doce canastas.
A los hambrientos los llenó de bienes, y a los ricos los despidió con las manos vacías.
―Ni con el salario de casi un año de trabajo podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno —respondió Felipe.
Pero los discípulos dijeron: ―¿Dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado suficiente pan para dar de comer a toda esta gente?
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, además de las mujeres y los niños.