Nunca entrará en ella algo malo, ni entrarán los idólatras ni los mentirosos. Tan solo entrarán aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero.
Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona. Así lo afirma el mensaje de la buena noticia, el cual yo predico.
Y él enviará a sus ángeles para reunir a sus seguidores de los cuatro puntos cardinales, desde el último rincón de la tierra hasta lo último del cielo.