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Referencias Cruzadas

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Mateo 13:11

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Él les respondió: ―A ustedes se les ha permitido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos, no.

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40 Referencias Cruzadas  

El que no tiene el Espíritu no acepta lo que el Espíritu de Dios revela, pues le parece una locura. No puede entenderlo, porque solo los que tienen el Espíritu lo entienden.

―No todos pueden comprender este asunto —respondió Jesús—, sino solo aquellos a quienes se les ha permitido entenderlo.

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará. Pues Dios la da a todos generosamente y sin reclamar nada.

Pero en ustedes permanece el Espíritu Santo, a quien Cristo envió a sus vidas. Así que no necesitan que nadie les enseñe, porque el Espíritu que siempre dice la verdad les enseñará todas las cosas. Sigan entonces unidos a Cristo, tal y como el Espíritu les enseñó.

Todos ustedes, en cambio, han recibido el Espíritu de parte de Cristo, que es santo. Por eso conocen la verdad.

―Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —le dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ninguna persona, sino mi Padre que está en el cielo.

él nos dio a conocer el plan que tenía en secreto. Plan que con gran bondad había decidido cumplir por medio de Cristo.

Cómo llegan a ser un solo cuerpo es algo muy difícil de explicar. Lo menciono para explicar la relación de Cristo con su iglesia.

El Dios eterno ocultó su plan durante largos siglos, pero ahora lo ha revelado en los libros de los Profetas. Así lo había ordenado él, para que todas las naciones crean y obedezcan al Señor. La buena noticia que a todos anuncio y lo que enseño acerca de Cristo puede fortalecer su fe, para que nunca dejen de creer en él.

«A ustedes se les ha permitido conocer los secretos del reino de Dios —les contestó—. Pero a los demás se les habla por medio de parábolas. Esto es para que, »“aunque miren, no vean; aunque oigan, no entiendan”.

Fíjense bien, les voy a contar algo que Dios tenía en secreto: No todos moriremos, pero todos seremos transformados.

Más bien, hablamos de un secreto de la sabiduría de Dios. Es decir, hablamos del plan que él mantenía en secreto y que desde antes de la creación del mundo decidió revelar para nuestra gloria.

―Por esto les dije que nadie puede venir a mí a menos que se lo haya permitido el Padre.

Deben creer en las grandes verdades de la fe y tener su conciencia tranquila.

Si tuviera el don de comunicar mensajes de parte de Dios y entendiera todos los planes secretos de Dios y tuviera todo conocimiento, y si tuviera una fe que logra mover montañas, pero me falta el amor, no soy nada.

«A ustedes se les ha revelado el secreto del reino de Dios —les contestó—; pero a los de afuera todo les llega por medio de parábolas.

Quiero que lo sepan para que cobren ánimo y permanezcan unidos por amor. Que tengan completa seguridad y entendimiento porque con ambas cosas conocerán el plan que Dios tenía en secreto. Y ese plan era darnos a Cristo,

Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor la buena noticia que Dios tenía en secreto.

¿Quién te hace más importante que los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y, si lo recibiste, ¿por qué te sientes orgulloso, como si no te lo hubieran dado?

Que todos nos consideren servidores de Cristo, encargados de enseñar el plan que Dios mantenía en secreto.

El que esté dispuesto a hacer la voluntad de Dios reconocerá si mi enseñanza proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta.

No hay duda de que son grandes las verdades de nuestra fe: Cristo se presentó como hombre; fue declarado justo por el Espíritu, visto por los ángeles, y anunciado entre las naciones. El mundo ha creído en él, y Dios lo recibió con gloria.

Ustedes han sido llamados por Dios a confiar en sus promesas. Por eso también le pido a Dios que los ayude a comprender con claridad en quién han confiado. Que puedan ver la maravillosa herencia que recibirán con el pueblo de Dios.

Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas muy finas y costosas. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo.

Los discípulos se acercaron y le preguntaron: ―¿Por qué le hablas a la gente en parábolas?

―Ciertamente beberán de mi copa —les dijo Jesús—, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí decidirlo. Eso ya lo ha decidido mi Padre.

Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí decidirlo. Eso ya está decidido.

Hermanos en la fe, quiero que entiendan este misterio, para que no se vuelvan orgullosos. Una parte del pueblo de Israel no quiere creer, y así seguirá hasta que todos los no judíos que crean pasen a formar parte del pueblo de Dios.




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