―¿Oyes lo que esos están diciendo? —protestaron. ―Claro que sí —respondió Jesús—; ¿no han leído nunca: »“En los labios de los pequeñitos y de los niños de pecho has puesto tu alabanza”?».
Pero, en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza, cómo Dios le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”?
David entró en la casa de Dios, tomó los panes dedicados a Dios y los comió juntamente con sus compañeros. Lo hizo aunque a ellos no se les permitía, sino solo a los sacerdotes.