Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo, y más que profeta.
»Y tú, hijito mío, serás llamado profeta del Altísimo. Irás delante del Señor para prepararle el camino.
Herodes quería matarlo, pero le tenía miedo a la gente, porque consideraban a Juan como un profeta.
Si no, ¿qué salieron a ver? ¿A un hombre vestido con ropa fina? Claro que no, pues los que usan ropa de lujo están en los palacios de los reyes.
Pero, si decimos: “humano”, todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta».