Entonces, ¿por qué tratan ahora de oponerse a Dios? ¿Por qué quieren obligar a esos discípulos a obedecer leyes que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido obedecer?
Los sufrimientos que ahora tenemos son pequeños y no durarán mucho. Pero esas dificultades nos darán una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.
Por aquel tiempo pasaba Jesús por los sembrados en sábado. Sus discípulos tenían hambre, así que comenzaron a arrancar algunas espigas de trigo y a comérselas.