los enemigos de cada cual serán los de su propia familia”.
―¡No! —protestó Pedro—. ¡Jamás me lavarás los pies! Jesús le contestó: ―Si no te los lavo, no tendrás parte conmigo.
»El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre, al hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y harán que los maten.