»El alumno no es superior a su maestro, ni el siervo es superior a su amo.
Recuerden lo que les dije: “Ningún siervo es más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán. Si han obedecido mis enseñanzas, también obedecerán las de ustedes.
El alumno no es superior a su maestro. Pero todo el que haya completado su aprendizaje llegará a saber tanto como su maestro.
Les aseguro que ningún siervo es más que su amo. Y ningún mensajero es más que el que lo envió.
Basta con que el alumno sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!