―Maestro —dijo Juan—, vimos a un hombre que echaba fuera demonios en tu nombre y se lo impedimos. Ese hombre no es de los nuestros.
Ahora bien, si yo echo fuera a los demonios por medio de Beelzebú, ¿los seguidores de ustedes por medio de quién los echan fuera? Por eso ellos mismos los juzgarán a ustedes.
―No se lo impidan —le dijo Jesús—. Nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí.
Estas señales acompañarán a los que crean: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán en nuevas lenguas.