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Referencias Cruzadas

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Marcos 9:25

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Al ver Jesús que se juntaba mucha gente, reprendió al espíritu maligno. ―Espíritu sordo y mudo —dijo—, te mando que salgas y que jamás vuelvas a entrar en él.

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17 Referencias Cruzadas  

Así continuó durante muchos días. Por fin Pablo se molestó tanto que se volvió y le dijo al espíritu: ―¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella! Y en aquel mismo momento el espíritu la dejó.

Estaba acercándose el muchacho cuando el demonio lo derribó con una convulsión. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió al padre.

Tan pronto como la gente vio a Jesús, todos se sorprendieron y corrieron a saludarlo.

Jesús reprendió al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquel momento.

Ni siquiera el arcángel Miguel se atrevió a pronunciar contra el diablo una maldición. Pues, cuando Miguel peleaba con el diablo por el cuerpo de Moisés, solo se atrevió a decirle: «¡Que el Señor te reprenda!».

En otra ocasión Jesús echaba fuera de un hombre a un demonio que lo había dejado mudo. Cuando salió el demonio, el mudo habló, y la gente se quedó asombrada.

Es que Jesús le había ordenado al espíritu maligno que saliera del hombre. Ese espíritu se había apoderado de él muchas veces. Al hombre le sujetaban los pies y las manos con cadenas y lo mantenían bajo vigilancia. Aun así, rompía las cadenas y el demonio lo arrastraba a lugares solitarios.

Además, muchos demonios salían de las personas, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los reprendía y no los dejaba hablar porque sabían que él era el Cristo.

―¡Cállate! —lo reprendió Jesús—. ¡Sal de ese hombre! Entonces el demonio derribó al hombre en medio de la gente y salió de él sin hacerle ningún daño.

Un día le llevaron un endemoniado que estaba ciego y mudo, y Jesús lo sanó, de modo que pudo ver y hablar.

―¡Sí, creo! —dijo de inmediato el padre del muchacho—. ¡Ayúdame en mi poca fe!

El espíritu, dando un fuerte grito y sacudiendo violentamente al muchacho, salió de él. Este quedó como muerto, tanto que muchos decían: «Ya se murió».




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