En Listra vivía un hombre que nació con un problema en sus piernas, de modo que no las podía mover. Nunca había podido caminar. Este hombre estaba sentado,
Junto a la entrada llamada Hermosa había un hombre paralítico de nacimiento. Todos los días lo dejaban allí para que pidiera dinero a los que entraban en el Templo.
Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado?
Había entre la gente una mujer que hacía doce años que sufría de constantes derrames de sangre, sin que nadie pudiera sanarla. Había gastado todo lo que tenía en médicos.
Así que se lo llevaron. Tan pronto como vio a Jesús, el espíritu sacudió de tal modo al muchacho que este cayó al suelo y comenzó a revolcarse echando espumarajos.