Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Marcos 8:38

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Quizá haya alguien que se avergüence de mí y de mis palabras en medio de esta gente infiel y pecadora. Si es así, el Hijo del hombre se avergonzará de esa persona cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.

Ver Capítulo Copiar

44 Referencias Cruzadas  

Les digo la verdad, no me avergüenzo del mensaje de la buena noticia. Es un mensaje con el poder de Dios para la salvación de todos los que creen: primero de los judíos, pero también de los no judíos.

Todo el que rechaza al Hijo rechaza también al Padre; el que acepta al Hijo también acepta al Padre.

¡Ustedes no aman a Dios! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios.

Quizá haya alguien que se avergüence de mí y de mis palabras. Si es así, el Hijo del hombre se avergonzará de esa persona cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.

Así que no te avergüences de hablar acerca de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por anunciar su mensaje estoy preso. Al contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por anunciar la buena noticia.

―Tú lo has dicho —respondió Jesús—. Pero yo les digo a todos: De ahora en adelante ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo.

Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.

Consideró que sufrir por ser fiel al Cristo que vendría era mucho mejor que los tesoros de Egipto. Es que tenía la mirada puesta en la recompensa.

Más bien, deseaban una patria mejor, es decir, la del cielo. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad.

Y es por anunciar ese mensaje que ahora paso sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído. También estoy seguro de que Cristo tiene poder para guardar hasta el día del juicio final lo que le he confiado.

Jesús les contestó: ―¡Esta gente malvada y adúltera pide una señal milagrosa! Pero solo se le dará la señal del profeta Jonás.

Y añadió: ―Les aseguro que ustedes verán abrirse el cielo. Y verán a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

»Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso.

»La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todos los pueblos de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.

El rey contestó: “Les aseguro que a todo el que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los malvados y los que hacen que otros también practiquen la maldad.

Por lo tanto, salgamos a su encuentro fuera del campamento y suframos la misma vergüenza que el sufrió.

Le pido al Señor que trate con bondad a la familia de Onesíforo, porque muchas veces me dio ánimo y no se avergonzó de que yo estuviera preso.

Pero yo jamás me sentiré orgulloso de otra cosa que no sea el mensaje de lo que nuestro Señor Jesucristo hizo en la cruz. Pues, gracias a él, la maldad de este mundo ya no me interesa, y yo no le intereso al mundo.

Así pues, los apóstoles salieron del tribunal. Estaban llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir insultos por causa del nombre de Jesús.

―En la Ley hemos leído que el Cristo permanecerá para siempre —le respondió la gente—. ¿Cómo, pues, dices que el Hijo del hombre tiene que ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?

Y le ha dado autoridad para juzgar, ya que es el Hijo del hombre.

Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, la gloria del Hijo único del Padre. Y estaba lleno de amor y de verdad.

―Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo.

¡Esta gente malvada y adúltera pide una señal milagrosa! Pero solo se le dará la señal de Jonás». Entonces Jesús los dejó y se fue.

―Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos —le respondió Jesús—. Pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.

¿O qué se puede dar a cambio de la vida?

»Verán entonces al Hijo del hombre venir sobre las nubes con gran poder y gloria.

Ellos le contestaron: ―Venimos de parte del capitán Cornelio, un hombre justo y que adora a Dios, respetado por todo el pueblo judío. Un ángel de Dios le dijo que tenía que invitarlo a usted a su casa, porque usted tiene algo que decirle.

Después de todo, ¿cuál es nuestra esperanza y alegría?, ¿cuál será nuestro motivo de orgullo delante de nuestro Señor Jesús cuando él venga? Pues ustedes lo son.

Le pido que los haga más fuertes espiritualmente para que, cuando nuestro Señor Jesús vuelva acompañado de todos los que han creído en él, nadie pueda dudar de la santidad de ustedes delante de nuestro Dios y Padre. Amén.

Y ahora, queridos hijos en la fe, sigan confiando en Cristo. Así, cuando él regrese, podremos presentarnos ante él confiadamente. Estaremos seguros de no ser avergonzados cuando él venga.

será castigado. Dios se enojará terriblemente y lo castigará con toda su fuerza. Lo hará sufrir con fuego y azufre, en presencia de los santos ángeles y del Cordero.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios