Ellos comentaban entre sí el hecho de que no tenían pan.
Ellos, pues, lo discutieron entre sí: «Si respondemos: “divino”, nos dirá: “¿Por qué no le creyeron?”.
Surgió entre los discípulos una discusión sobre quién de ellos sería el más importante.
―Tengan cuidado —les dijo Jesús—; ¡ojo con la levadura de los fariseos y con la de Herodes!
Al darse cuenta de esto, Jesús les dijo: ―¿Por qué están hablando de que no tienen pan? ¿Todavía no ven ni entienden? ¿Tienen la mente embotada?