También salen los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, el orgullo y la estupidez.
¿Es que no tengo derecho a hacer lo que quiera con mi dinero? ¿O te da envidia que yo sea generoso?”.
Así mismo, jóvenes, obedezcan a sus líderes. Sean todos humildes cuando traten a los demás, porque: «Dios se opone a los orgullosos, pero trata con amor a los humildes».
Porque Dios quiere que ustedes vivan haciendo el bien. Así los ignorantes y tontos no podrán acusarlos de nada.
Destruimos el orgullo y las ideas de los que impiden a la gente conocer a Dios. Hacemos que la gente cambie esas ideas por ideas que agradan a Cristo.
Pero, si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!
Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, las relaciones sexuales prohibidas, los robos, los homicidios.
Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.