(En efecto, los fariseos y los demás judíos no comen nada sin primero lavarse las manos, ya que están aferrados a la tradición de los antepasados judíos.
Tienen envidia, se emborrachan, participan de fiestas con sexo y otras cosas parecidas. Lo vuelvo a decir, los que practican tales cosas no tendrán parte en el reino de Dios.
Así que los fariseos y los maestros de la Ley le preguntaron a Jesús: ―¿Por qué no siguen tus discípulos las costumbres de los antepasados, en vez de comer con manos impuras?
Cumplí con todo lo que pedía la religión judía, y lo hice mejor que muchos de mis compañeros, pues obedecía con pasión las enseñanzas de mis antepasados.