Así que se fueron solos en la barca a un lugar solitario.
En seguida Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado, a Betsaida, mientras él despedía a la gente.
Dejaron a la gente y se lo llevaron en la barca donde estaba. También lo acompañaban otras barcas.
Jesús quería evitar que la gente lo apretujara. Así que encargó a sus discípulos que le tuvieran preparada una pequeña barca.
Pero muchos que los vieron salir los reconocieron. Entonces, desde todos los poblados, salió gente corriendo a pie hasta allá, y llegaron antes que ellos.
Subió entonces a la barca con ellos, y el viento se calmó. Estaban sumamente asombrados,
Algún tiempo después, Jesús se fue a la otra orilla del lago de Galilea (o de Tiberíades).