y volvió con la cabeza en una bandeja. Se la entregó a la muchacha, y ella se la dio a su madre.
Aconsejada por su madre, le pidió: «Dame en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
Así que en seguida envió a un verdugo con la orden de llevarle la cabeza de Juan. El hombre fue, decapitó a Juan en la cárcel
Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cuerpo y lo enterraron.