Todo lo que la gente pecadora te ofrece y todo lo malo que hay en el mundo pronto se acabará. Pero el que hace la voluntad de Dios vivirá para siempre.
Pero dichosa es la persona que se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad. No se contenta con oírla, para luego olvidarla, sino que la pone en práctica.
No lo hagan solo cuando los estén mirando, como los que quieren ganarse la admiración de su amo. Háganlo como si fueran esclavos de Cristo, haciendo de todo corazón la voluntad de Dios.