Igualmente, si Satanás se pelea consigo mismo, no puede continuar, pues ha llegado su fin.
―¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Las Escrituras dicen: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”.
Y, si los miembros de una familia se pelean entre ellos, esa familia se destruirá.