para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros. Así el mundo creerá que tú me has enviado.
Jesús conocía sus pensamientos, y les dijo: «Todo reino que se pelea consigo mismo quedará destruido, y toda ciudad o familia que se pelea consigo misma desaparecerá.