Pero vayan a decirles a sus discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal como les dijo”.
Pero, después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea».
―No tengan miedo —les dijo Jesús—. Vayan a decirles a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y allí me verán.
Luego vayan pronto a decirles a sus discípulos: “Él se ha levantado de entre los muertos y va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán”. Ahora ya lo saben.
Después de esto Jesús se apareció de nuevo a sus discípulos, junto al lago de Tiberíades. Sucedió así:
Resucitó y se apareció a Pedro y luego a los doce apóstoles.
Durante muchos días lo vieron los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén. Y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.
Entonces todos lo abandonaron y huyeron.
Más bien debieran perdonarlo y consolarlo para que no enferme por tanta tristeza.
Temblorosas y asustadas, las mujeres salieron huyendo de la tumba. No dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.