La cortina del santuario del Templo se partió de arriba abajo.
pues el sol se ocultó. Y la cortina del santuario del Templo se partió por la mitad.
Confiamos en esa promesa como si fuera la firme y segura ancla de un barco. Así como el ancla mantiene al barco en un solo lugar, nosotros no abandonaremos nuestra fe. Es una fe que penetra hasta detrás de la cortina del lugar más santo del templo.