Lo golpeaban en la cabeza con una vara y lo escupían. Doblando la rodilla, le rendían homenaje.
Algunos comenzaron a escupirle; le vendaron los ojos y le daban puñetazos. ―¡Profetiza! —le gritaban. Los guardias también le daban bofetadas.
Por lo tanto, salgamos a su encuentro fuera del campamento y suframos la misma vergüenza que el sufrió.
Para que ante el nombre de Jesús se arrodillen todos los que están en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra,
¿Y qué le contestó Dios? Le dijo: «He apartado para mí siete mil hombres, que no se han arrodillado ante el dios Baal».
También los soldados se acercaron para burlarse de él. Le ofrecieron vinagre
Entonces Herodes y sus soldados, con desprecio y burlas, le pusieron un manto lujoso y lo mandaron de vuelta a Pilato.
Los hombres que vigilaban a Jesús comenzaron a burlarse de él y a golpearlo.
Se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán. Pero a los tres días resucitará».
―Sin duda Elías vendrá primero para restaurar todas las cosas —respondió Jesús—. Pero, entonces, ¿cómo es que las Escrituras dicen que el Hijo del hombre tiene que sufrir mucho y ser rechazado?
Y lo escupían, y con la vara le golpeaban la cabeza.
―¡Viva el rey de los judíos! —lo aclamaban.
Después de burlarse de él, le quitaron el manto púrpura, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo.