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Referencias Cruzadas

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Marcos 14:41

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Al volver por tercera vez, les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora. Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.

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23 Referencias Cruzadas  

Yendo un poco más allá, se arrodilló y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora.

porque estaba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de sus enemigos. Lo matarán y, a los tres días de muerto, resucitará».

Después de que Jesús dijo esto, dirigió la mirada al cielo y oró así: «Padre, ha llegado la hora. Da gloria a tu Hijo, para que tu Hijo te dé gloria a ti.

¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo. Y ahora ustedes lo han traicionado y asesinado.

»Ahora todo mi ser está angustiado. ¿Y acaso, por eso, voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido!

―Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre reciba la gloria —les contestó Jesús—.

Estas palabras las dijo Jesús mientras enseñaba en el Templo, en el lugar donde se depositaban las ofrendas. Pero nadie lo arrestó, porque aún no había llegado su tiempo.

Entonces quisieron arrestarlo, pero nadie lo hizo porque aún no había llegado su hora.

Mientras estaban sentados a la mesa comiendo, dijo: ―Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.

Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús.

Y añadió: ―¡Qué buena manera tienen ustedes de dejar a un lado el mandamiento de Dios para mantener sus propias costumbres!

«Como ya saben, faltan dos días para la Pascua, y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen».

Cuando volvió, otra vez los encontró dormidos, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle.

¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!».




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