Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la Ley afecta a los que les fue entregada. Así nadie en el mundo dirá que es inocente, y todos serán declarados culpables delante de Dios.
Al volver por tercera vez, les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora. Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño. Sin embargo, lograron dominar el sueño, y vieron la gloria de Jesús y a los dos personajes que estaban con él.